El
currículo permite planear adecuadamente todos los procesos que intervienen en
proceso de enseñanza aprendizaje, debe ser aplicable tanto para los docentes
como para los alumnos, ya que este es una guía que ayuda a tener claro cuáles
son los objetivos que se quieren lograr, es de vital importancia estar
renovándolo y manejar un proceso bidireccional de tal forma que se le permita
al estudiante crecer de una manera integral.
Y
es por ese mismo hecho de que los estudiantes de la sociedad actual viven en un mundo inmerso de tecnología
innovadora y creativa la cual hace que
la formación tenga que ser diferente, no se puede seguir formando niños y
niñas del siglo XXI, con estrategias metodología,
currículos, didácticas, leyes del siglo XVII, XIX, XX, son obsoletas, porque no
se puede dar el lujo de seguir perdiendo generación por la falta de propiciar
nuevos espacios, proyectos, actividades
que sean acordes y también a las oportunidades de cada contexto.
Es necesario cambiar también la forma de
capacitar y enseñar a los agentes educativos que están en proceso de formación,
es necesario dar una mirada distinta
basada en una pedagogía activa,
que tenga la posibilidad de promover la
construcción de lo real, lo tangible a través de experiencias significativas
que movilicen en los estudiantes todas sus dimensiones y que potencien todas
las competencias necesarias para vivir; dejando de lado el aprendizaje
memorístico, la repetición de discursos, poema, lecciones y el autoritarismo del docente.
Para reflexionar: ¿Le damos la suficiente importancia a las necesidades e intereses de los niños y niñas que a diario asistente a nuestras aulas de clase?
Elaborado por Maryi Daniela Londoño Zapata
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario